Nuestra Historia

En 1981, una joven pareja decidió tomar en arriendo una lavandería ubicada en un barrio popular de Bogotá. El negocio pertenecía a uno de sus padres y, desde el primer día, lo trabajaron con dedicación y esfuerzo. Para apoyar sus labores, contrataron a una persona encargada de los oficios varios.

Después de cinco años de trabajo constante, lograron reunir el capital suficiente para comprar el negocio, que en ese entonces se llamaba Lavandería Granadina. Con visión de crecimiento, contrataron a dos personas más, y poco a poco, el esposo asumió la dirección total de la lavandería mientras su esposa emprendía nuevos estudios y oportunidades laborales.

En esa época, el sistema de lavado más utilizado era el de varsol, muy demandado gracias a que pocas familias contaban con lavadoras en casa y muchas prendas requerían limpieza especializada. Aprovechando esta situación, el señor inauguró una nueva planta en Chapinero Alto, donde también decidió cambiar el nombre del negocio: nació Lavandería Lunatex.

Con el paso del tiempo, y motivado por el crecimiento del mercado, abrió dos plantas más —una en Chapinero y otra en Galerías— que ya operaban con el moderno sistema de lavado en seco (percloroetileno). Además, implementó una red de "puntos fríos", es decir, agencias donde se recibe la ropa y se transporta a las plantas principales, conocidas como "puntos calientes". Así, llegó a tener 25 puntos fríos, 4 plantas y más de 40 empleados.

Sin embargo, a finales de los años 90, una fuerte crisis económica afectó a muchos sectores, y Lunatex también sintió el impacto. Las entradas de ropa disminuyeron, los costos aumentaron, y el mercado cambió: más hogares tenían lavadoras, la ropa se volvió más informal y la competencia se intensificó. Ante las deudas acumuladas, fue necesario vender una parte del negocio, incluyendo la planta de Galerías y varios puntos fríos.

En 2002, la situación obligó a vender el resto de la empresa. Solo quedó una planta y cuatro agencias. Aun así, el espíritu emprendedor no se apagó. Ese mismo año, se presentó la oportunidad de adquirir otra lavandería. Luego de un estudio financiero y de mercado, decidió apostar por una segunda oportunidad. La compra fue un éxito y permitió iniciar una nueva etapa para Lavandería Lunatex, manteniendo su prestigio y calidad en el servicio.

Hoy en día

Lunatex sigue operando con los valores que la vieron nacer: trabajo, compromiso, calidad y cercanía. Nos esforzamos cada día para ofrecer un servicio profesional, confiable y moderno, adaptado a las nuevas necesidades de nuestros clientes.

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